lunes, 29 de febrero de 2016

Breve reseña histórica del pueblo de Huautla


El Real de Minas de San Francisco de Huautla se fundó en el año de 1570, tras el descubrimiento de yacimientos minerales en dicho lugar. Por tal motivo, se creó la Alcaldía Mayor de Cuautla de Amilpas, una franja territorial que se extendía desde Oaxtepec hasta los minerales de Huautla, ésta extensión territorial no pertenecía de manera económica y política al Marquesado del Valle de Oaxaca pues eran tierras “realengas”, es decir, que eran administradas de manera directa por la corona española. Los yacimientos de Huautla no podían ser explotados de manera continua, por lo que el Real de Huautla no logró cobrar relevancia a nivel virreinal pero sí a nivel regional. La vida del mineral fue muy intermitente, pues en muchas ocasiones durante los siglos XVII y XVIII vivió periodos de crisis, pues fue abandonado por la sobre explotación y reactivado al encontrarse yacimientos nuevos. 

Debido a la orografía del lugar, las minas de Huautla eran muy inseguras para los minerales que de ella se extraían, pues los cargamentos con minerales ya refinados eran asaltados y saqueados. Esta situación llevó a la creación de Haciendas de beneficio como la de San Jacinto Ixtoluca en donde los minerales se refinaban en un sitio menos peligroso; el bandidaje también provocó que ante la falta de personal de vigilancia, el gobierno virreinal decidiera dotar de armas y entrenamiento a los habitantes de poblaciones cercanas a las rutas mineras. De esta manera, fue que se abrieron varias cárceles de distritos mineros, una de ellas en Huautla, misma que funcionó hasta principios del siglo XIX y que después se situó en Ajuchitlán. 

Como ya se mencionó, el Real de Huautla cobró bastante importancia a nivel regional, a tal grado que en siglo XVIII a la Alcaldía se le conocía como Alcaldía de Huautla y no de Cuautla. Incluso, logró obtener su propia diputación minera. El real de minas dio luces de revivir de su última crisis a principios del siglo XIX, sin embargo, por su contacto directo con el pueblo de Cuautla y la serranía que lo rodea, fue ocupado por el ejército insurgente liderado por el General Morelos. El mineral fue abandonado, saqueado y destruido, y a partir de ese momento no logró recuperarse. Muchas minas fueron abandonadas de manera definitiva y algunas, al igual que la hacienda de Ixtoluca, quedaron sólo en ruinas. 

Al nacer la república mexicana, en 1824 se promulgó una constitución que estableció una nueva división territorial; se crearon entonces los primeros ayuntamientos. El pueblo de Huautla quedó dentro de la Prefectura de Cuernavaca; a su vez dentro del partido de Jonacatepec; y dentro del municipio de Tepalcingo. En 1855, se creó un nuevo distrito, el de Cuautla de Morelos, éste, se integró por los partidos de Cuautla y Jonacatepec; con sus respectivas municipalidades y pueblos. El 7 de junio de 1862, por cuestiones de logística militar, durante la guerra de reforma, el estado de México se dividió en tres distritos militares, el tercero de ellos se formó por los distritos de Cuautla y Cuernavaca. Por su parte, para el gobierno imperialista, el mismo territorio quedó dentro de la intendencia de Iturbide. 

El 17 de abril de 1869, se erigió el estado de Morelos, para ello se tomó como extensión territorial la misma que había integrado al tercer distrito militar. El estado libre y soberano de Morelos se integró por los distritos de Cuautla de Morelos, Cuernavaca, Jonacatepec, Tetecala y Yautepec. El pueblo de Huautla siguió todo el proceso antes mencionado dentro del municipio de Tepalcingo. 

El 14 de julio de 1872, el mineral de Huautla pasó a formar parte del municipio de Tlaquiltenango, sin embargo, el 7 de diciembre de 1880 pasó de nueva cuenta al municipio de Tepalcingo. Fue el 24 de septiembre de 1884, junto con la creación del distrito de Juárez, que el pueblo de Huautla, así como los pueblos comprendidos entre éste y la Villa de Tlaquiltenango, pasaron a formar parte definitiva del municipio de Tlaquiltenango. 

Huautla se mantuvo como un pueblo activo dentro de la revolución maderista y en la posterior agrarista. Fungió como escondite y en muchos casos como un centro de operación que dadas las características de su relieve, fue peleado por tanto por federales como por rebeldes, pues significaba, un bastión militar muy importante. Durante el movimiento armado protagonizado por Rubén Jaramillo durante la década de los 40, Huautla volvió a tomar significado estratégico – militar. Por lo que debemos reconocerle a este pueblo su importancia dentro de los movimientos bélicos del estado y de la nación. 

Actualmente, el pueblo de Huautla es un pueblo pequeño, considerado como zona rural; según el censo del INEGI del año 2010, el pueblo tiene 852 habitantes. Lejos quedó de aquella ruta minera de gran valor e importancia, fundamental para el desarrollo económico de la región. Sin duda, Huautla es un pueblo de gran importancia con una historia que merece ser rescatada, contada y difundida.

lunes, 22 de febrero de 2016

Los Aztecas en Tlaquiltenango.

En el periodo prehispánico conocido como Posclásico, los protagonistas indiscutibles del Altiplano Central fueron los Aztecas, también conocidos como Mexicas. Los aztecas eran sólo una de las siete tribus nahuas que -según dice la leyenda- salieron de Aztlán buscando el lugar ideal para asentarse, así se puede leer u observar en la tira de la peregrinación o códice Boturini. Otra tribu nahua fue la de los Tlahuicas o Tlalhuicas, quienes decidieron asentarse en lo que hoy es Cuernavaca –antes Quauhnáhuac- y desde allí extenderse hacia el sur del actual estado de Morelos, así como hacía el oriente en Huaxtepec (Oaxtepec). El pueblo de Tlaquiltenango fue fundado alrededor del año 1200 d.C. por los Tlahuicas, junto con otros pueblos de la región.
Como ya se mencionó, los Tlahuicas fundaron dos señoríos principales en el actual estado de Morelos; el de Quauhnáhuac y el de Huaxtepec, los cuales señoríos capitales con bastantes pueblos a su cargo. El actual territorio municipal de Tlaquiltenango estaba dividido por una franja de norte a sur que lo partía en dos. La mitad oriental estaba dentro del territorio que pertenecía al señorío de Huaxtepec, mientras que la mitad occidental –incluido el pueblo de Tlaquiltenango- estaba a cargo del señorío de Quauhnáhuac.
El pueblo de Tlaquiltenango tributaba al señorío de Quauhnáhuac, algunos historiadores mencionan a Tlaquiltenango como el pueblo que recogía el tributo de los pueblos cercanos para llevarlos y entregarlo al señor de Quauhnáhuac. A los pueblos a cargo de Tlaquiltenango se les conocía como 'pueblos de los ríos', entre ellos podemos ubicar a Tlayehualco, Ixtoluca y Atenango -que podría estar en las bóvedas-, todos cercanos al margen de un río.

Alrededor del año 1430, los pueblos de Texcoco, Tlacopan y Tenochtitlán conformaron la conocida ‘Triple Alianza’; dichos pueblos comenzaron una guerra de expansión y dominación en contra de los pueblos aledaños dentro del Altiplano Central y hasta las costas de Guerrero. De esta manera, al conquistar un señorío se apoderaban del tributo que éste proveía y los asignaban a algunos de los señoríos principales que conformaban la alianza.
El señorío de Quauhnáhuac cayó sometido dentro de la guerra de expansión de la Triple Alianza, y de esta manera los pueblos que le rendían tributo, ahora lo hacían para el señorío de Texcoco del cual fue gobernante Nezahualcóyotl, quien en algunas crónicas del siglo XVI aparece visitando el pueblo de Tlaquiltenango. 
La organización antes mencionada prevaleció hasta la llegada de los españoles en 1519, y hasta la caída definitiva de Tenochtitlán en 1521. De manera común se suele hablar del imperio Azteca o Mexica, sin embargo, debemos entender que aunque fueron los integrantes principales y mayoritarios de la Triple Alianza, no eran los únicos guerreros y gobernantes que tomaron parte en la misma. De esta manera podemos concluir que en realidad Tlaquiltenango no estuvo sometido a los aztecas de Tenochtitlán sino a los texcocas de Texcoco.

martes, 16 de febrero de 2016

Puente de Santo Domingo Tlaquiltenango. (Colonia Manzanares)



Este monumento arquitectónico está ubicado en la hoy colonia Celerino Manzanares, y pese a su antigüedad es desconocido por muchas personas, ya sea porque no lo han visitado o porque no saben nada sobre él. El puente está rodeado por un ambiente muy pasivo y aún natural en su mayoría. Por éste, sólo pueden pasar personas, animales o vehículos angostos. Lo estrecho de su camino contrasta con la anchura de los pilares que lo sostienen, característica que ha sido la culpable de que dicho puente haya soportado el paso del tiempo y los golpes de la naturaleza.
Su historia se remonta al siglo XVII, en el año de 1615, cuando Fray Andrés de San Miguel pintó en papel de maguey los planos de los puentes de Jojutla (conocido como puente de Guadalupe) y el de Santo Domingo Tlaquiltenango. Fray Andrés de San Miguel era español, y en su momento se le consideraba como uno de los mejores Geógrafos, astrónomos, matemáticos e hidrógrafos; vivió en 1615 en la Hacienda de Guadalupe que a su vez pertenecía a la Hacienda de San Nicolás Obispo (hoy Galeana), dentro del curato de Santo Domingo en Tlaquiltenango.
Fray Andrés tuvo que abandonar la región, pero dejó los planos y la construcción a cargo del pueblo y de los frailes dominicos. Los puentes se construyeron, pero por la ausencia de Fray Andrés, los planos no pudieron ser seguidos tal cual estaban dibujados. Según se relata en los documentos compilados por el Pbro. Agapito Mateo Minos, los padres del convento de Tlaquiltenango trabajaron al lado de los naturales del pueblo. El trabajo fue arduo (prueba de ello la durabilidad del puente). 

El puente de Santo Domingo Tlaquiltenango se inauguró el 3 de agosto de 1617.

Cabe la posibilidad de que es éste sitio existiese una 'hamaca', es decir, un puente hecho con madera y cuerda, o algún medio de cruce rústico, sin embargo, la necesidad de una mejor vía de comunicación llevó a una construcción rígida, hecha a partir de mampostería, con arquitectura a base de arcos de medio punto con pilares muy gruesos en su desplante que se van angostando hasta llegar a su punto más alto. 

Este nuevo puente, sirvió para comunicar los límites del barrio de  San Martín Obispo (o de Tours) Tlayehualco con los llanos de la Guamilera. Este sitio se convirtió en un punto de comunicación entre la sede del curato de Tlaquiltenango y la ruta minera de la Alcaldía minera de Cuautla de Amilpas; por Tlaquiltenango pasaban los minerales que se dirigirían hacía el actual estado de Guerrero, y es posible que este camino sirviera como ruta alterna para comunicar con la hacienda de Huatecalco. 
El puente que se encuentra en la colonia Celerino Manzanares, es otro testigo en pie del pasado, que pese a que ha recibido intervenciones y ligeras adaptaciones a lo largo del tiempo, en lo general sigue siendo el mismo desde su inauguración. Es un monumento que debe ser valorado y conservado, no sólo por quienes allí viven, sino por todos los habitantes del municipio de Tlaquiltenango, quienes lo debemos considerar como parte de nuestro patrimonio histórico. Por cierto, cabe mencionar, que el 3 de agosto  de 2016, éste puentes estará cumpliendo 399 años desde su inauguración. 

Conozcamos nuestra historia, para valorarla y preservarla. 

Escrito por el investigador: Azael Abdí Vázquez Román. 

Referencias: 
Minos, Agapito. Apuntaciones Históricas de Xoxutla a Tlaquiltenango. 3° Ed. Cocinando Letras. México. 2007. 

Hernández Cháves, Alicia. Breve Historia de Morelos. 1° Ed. FCE. México. 2002.

lunes, 15 de febrero de 2016

El Rollo.


El royo (en escritura antigua) es un torreón de forma circular posicionado en el margen del río Yautepec. Está ubicado a una distancia relativamente cercana al centro de la población y hoy en día es parte del atractivo visual que adorna al balneario que tomó su nombre de dicho monumento.
La leyenda dice que fue construido por Hernán Cortés para vigilar a sus caballos y que en algún momento de la historia fue semi destruido por un rayo, y quedó reducido a la mitad de su tamaño. Esta historia es cierta en buena parte, sin embargo, es debido aclarar algunas cuestiones.

El Pbro. Agapito Mateo Minos en su libro “de Xoxutla a Tlaquiltenango”, hace una compilación de documentos que él cree servirán como apuntes para la Historia. En las primeras páginas del libro se relatan los años más antiguos, y ahí también hace mención de que los datos fueron obtenidos en el año de 1890 de un libro de legajos llamado “XV – El Almanaque – XV”; y es ahí donde se habla acerca de El Rollo. Dichos datos se parafrasean a continuación.

La historia comienza en 1541, cuando Hernán Cortés regaló al pueblo de Santo Domingo Tlaquiltenango (No era de Santo Domingo en aquellos años era de San Francisco, pero así dice el texto): once yeguas, dos caballos enteros, siete novillas, y dos novillos; con el fin de criarlos y reproducirlos. Es debido decir que, animales como vacas y caballos no son nativos de América, por lo que fuero seleccionados sólo ciertos lugares para su cría especializada, por lo que Tlaquiltenango fue uno de los primeros lugares en México y América en poseer ganados.


Es en 1542 cuando se menciona al torreón, probablemente fue construido en ese año, o bien, en ese año comenzó a funcionar. Las construcciones que requerían de precisión para que fuesen durables no se construían en poco tiempos, en ocasiones demoraban varios años.

Se da como referencia que medía 34 varas de alto y que se utilizaba para vigilar el ganado y para que los vigías se quedaran allí por las noches a dormir. El 15 de septiembre de 1621 es la fecha en que se menciona la destrucción parcial del monumento; en el documento dice que ese día por la tarde cayó un rayo sobre él, mismo que destruyó más de la mitad de la construcción.
Hasta ahí llega el relato sobre los primeros años de El Rollo, monumento que sin duda es de gran importancia para el pueblo. Ahora bien, cabe aclarar que posiblemente el torreón no haya estado a cargo de Hernán Cortés, sino de algún descendiente suyo que fuera heredero del marquesado. También es debido reiterar que Tlaquiltenango fue el principal productor regional de ganado durante los primeros años de la conquista y el virreinato.
El Rollo se conservó destruido y abandonado hasta mediados del siglo pasado, cuando fue restaurado para protegerlo del paso del tiempo y mejorarlo estéticamente. Hoy día, forma parte del atractivo visual del Parque Acuático que adoptó su nombre de este monumento, aunque por desgracia en muchas ocasiones pasa desapercibido

¿Franciscanos o Dominicos?.

La fecha de su fundación suele oscilar entre 1530 y 1565, sin embargo, el año de 1540 es el más aceptado, además de que documentos en el AGN respaldan esta fecha. Fue construido con mano de obra indígena  bajo planos y órdenes de frailes franciscanos, mismos que se encargaron de la evangelización en la región baja de la cañada de Cuernanava (antes Cuauhnáhuac) en las primeras décadas de la Conquista. 

Se fundó entonces Tlaquiltenango como República o Villa de Indios, teniendo gobernadores nativos pero tomando como autoridad superior a los frailes religiosos.  El curato de San Francisco Tlaquiltenango, tuvo jurisdicción desde el pueblo cabecera hasta Amacuzac.

En 1573, frailes Dominicos se presentaron en Tlaquiltengo con una “Real Provisión” mediante la cual el convento pasaba a estar a cargo suyo. Según relata Laura Hinojosa, el cambio de administración no se dio de manera muy amistosa, y más bien tenía de tras fondo diversos problemas políticos y de credo que de por sí tenían ambas órdenes.

Hernán Cortés, en calidad de Marqués del Valle de Oaxaca, tuvo diferencias con la Corona española al pretender autonomía en el territorio que le había sido conferido para su Marquesado. Los frailes franciscanos se aliaron al bando de Cortés, mientras que los dominicos se quedaron del lado de la Corona española, resentidos también por el hecho de que los franciscanos se repartieron el territorio del Nuevo Mundo sin restricciones, dejándoles a ellos un territorio muy limitado. 

Los Franciscanos se defendieron diciendo que los Dominicos habían llegado a desalojarlos de manera violenta; por su parte, los Dominicos alegaban que los Franciscanos habían abandonado el convento dejando desamparados a los indios debido al exceso de calor y la abundancia de mosquitos. 

Lo cierto es que comenzaron un litigio frente a la Real Audiencia, en donde ambas órdenes presentaron a muchos testigos. El 19 de marzo de 1583, el Virrey de Villamanrique, regresó la administración del convento a los franciscanos, sin embargo no fue por mucho tiempo, pues los Dominicos continuaron el litigio y en 1592 el convento les fue entregado de manera definitiva.

Actual terririo del Estado de Morelos se dividió durante ell virreinato en dos Alcaldías Mayores, la de Cuernanvaca y la de Cuautla de Amilpas. La primera pertenecía al Marquesado del Valle de Oaxaca, y además era la cede donde recidían los poderes del mismo; la segunda fue una Alcaldía Realenga, que rendía cuantas directamente a la Corona, 
El convento era el centro religioso y civil más importante de la región, dicha importancia se podía notar gracias a que según fuera la orden que estuviera a cargo de él, era el personaje al que se encomendaba. Es decir que mientras estuvo a cargo los Franciscanos, se encomendó a San Francisco de Asís, y mientras estuvo a cargo de los Dominicos se encomendó a Santo Domingo de Guzmán, ambos, personajes principales de su respectiva orden.

sábado, 13 de febrero de 2016

Adición al Territorio.

El 17 de diciembre de 1884, mediante el decreto 6° artículo único, se agregaron al municipio de Tlaquiltenango los poblados de Rancho Viejo, Salitre, Salitrillo, Quilamula, La presa, El Limón y El Zapote. Dichos pueblos pertenecían antes de esta fecha al municipio de Tepalcingo.

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