viernes, 8 de julio de 2016

De Cárdenas a López Mateos.

Por Azael Abdí Vázquez Román.

El  23 de mayo, se conmemoran los aniversarios del asesinato de Rubén Jaramillo junto a su familia. Un crimen que nunca fue esclarecido y que como todos los asesinatos con intereses agrícolas de mediados del siglo XX, sólo se archivó. En una fecha tan conmemorativa como ésta, es menester reseñar de manera breve lo fue el movimiento encabezado por Rubén Jaramillo Ménes que, si bien estuvo lleno claroscuros, es digno de ser mencionado. 

Rubén Jaramillo se vio fuertemente involucrado en lo que fue la construcción del ingenio de Zacatepec, estuvo dentro del primer consejo de administración y de inmediato tuvo roces con los gerentes del ingenio, al grado de llegar a un primer intento de asesinato en su contra, mismo que desencadenó la primera etapa armada de su movimiento. 

Los roces con la gerencia se dieron a causa la corrupción dentro de la administración del ingenio. Y es que a pesar de que en apariencia, Lázaro Cárdenas brindó demasiadas facilidades para la construcción y puesta en marcha del ingenio, dejó clara una condición muy importante, que la gerencia se nombraría mediante decisión del gobierno federal.

Entonces, los gerentes eran propuestos por el gobierno federal y eran avalados por el gobierno estatal, lo cual provocó que la pelea de Jaramillo contra los gerentes también tuviera una línea política. Como ya mencioné, las peleas se daban por la corrupción y malas condiciones de trabajo dentro del ingenio, sin embargo, algunos historiadores como Alicia Hernández, señalan que se dio a causa de que a Jaramillo le fue negada una diputación local que pedía a cambio de no ‘levantar’ a los obreros y campesinos. 

También podríamos entender que se trato de una simple lucha de poderes, Jaramillo siempre destacó de entre el resto de los campesinos gracias a su 'verbo' y a su poder de convocatoria, nunca quiso doblegarse a los gerentes que buscaban administrar de manera autoritaria, lo que porovcó que los intereses personales de unos y otros chocaran. 

El partido comunista había entrado oficialmente a México en 1919, a partir de ese momento comenzaron la lucha de expandir su ideología, logrando llegar a personajes de gran relevancia como Lázaro Cárdenas, quien era presidente de la república a la creación del ingenio de Zacatepec. Cárdenas, gobernó con el sistema político socialista (antesala del comunismo) y se caracterizó por su cercanía y solidaridad con los pueblos, sobre todo rurales, además creó amistad con diversos líderes populares, entre ellos Rubén Jaramillo. 

Pese a la cercanía hacia los pueblos, el sistema de gobierno de Lázaro Cárdenas se caracterizó por ser demasiado paternalista al otorgar préstamos (que incluso eran a fondo perdido) a los campesinos para que estos no tuvieran ningún tipo de pérdida económica. Cuestión que sus sucesores no estuvieron dispuestos a sostener y que creó conflictos de igual manera.

La cercanía de Jaramillo con Cárdenas, además de la defensa de los obreros y campesinos del ingenio, hizo que a Jaramillo desde un principio se le tachara de comunista, sin embargo, no fue sino hasta 1961 cuando se afilió al Partido Comunista Mexicano (PCM), lo cual también ha sido considerado como causa de su muerte. La ideología jaramillista se condujo (según los propios jaramilistas) por la defensa agraria y por la razón religiosa, dado que Jaramillo además de ser defensor agrario era pastor metodista. Para Jaramillo, lo principal era la palabra de Dios, aunque a veces se contradijera con sus acciones; y la tierra sólo debería ser utilizada para el cultivo agrícola. 

Las luchas armadas de Jaramillo se dieron más bien en defensa de su vida. Tuvo conflictos con todos los gobiernos estatales a partir de Elpidio Perdomo y hasta Norberto López Avelar, se mantuvo como prófugo en la Sierra de Huautla y el sur de Puebla, pues en diversas ocasiones se le buscó para matarlo. Además, se hizo odiar por personas de los propios pueblos a los que decía defender, pues en nombre de su lucha asaltaba negocios e incluso saqueaba casas, también se le adjudicaron diversos asesinatos y demás crímenes, por lo que tenía tantos seguidores como detractores. 

Jaramillo participó en dos ocasiones como candidato a la gubernatura del estado de Morelos. Su innegable poder de convocatoria hizo que ganara de manera indudable su primera campaña, sin embargo, el triunfo no le fue reconocido y la protesta derivó en la segunda etapa armada de su movimiento. Para su segunda campaña electoral, el movimiento se mostró más organizado, sin embargo no tuvo tanto apoyo como el primero. Jaramillo también fue derrotado de manera oficial, pese a esto, sus seguidores reclamaron un robo en el conteo de los votos. 

Jaramillo se mantuvo cercano a los presidentes de la república, pese sus fricciones con los gobernadores del estado. Sostuvo correspondencia con todos los presidentes, desde Cárdenas hasta López Mateos, y en ocasiones se entrevistó con algunos, logrando conseguir diversos acuerdos y amnistías en pro de su movimiento. Podemos concluir entonces que el conflicto de Jaramillo era más bien contra el gobierno estatal y no tanto con el federal. 

Para la década de 1950 entró a Morelos un nuevo sector económico, el inmobiliario. Diversos empresarios y políticos poderosos comenzaron un negocio que ocupaba las tierras en su mayoría ejidales para la construcción de fraccionamientos de lujo con casas que vendían a personas de clase media, sobre todo, de la capital de país. Los terrenos les eran despojados a los propietarios campesinos de manera violenta o con documentación apócrifa, sobre todo en el norte de la entidad. Jaramillo fue invitado por otros líderes campesinos para ‘apadrinarlos’ y aconsejarlos en la pelea de los pueblos contra el gobierno y el grupo de empresarios por la defensa de sus terrenos. Para el gobierno, Morelos debía dejar de ser un estado agrícola para dar paso a un estado con casa lujosas y grandes empresas, obviamente, con intereses personales de por medio. 

Para 1960, Jaramillo y un grupo de campesinos comenzaron la gestión de la adjudicación de 30 mil hectáreas ‘ociosas’ en las comunidades de Michapa (Coatlán de Río) y el Guarín (Amacuzac), para crear un centro de población autosustentable y dirigido bajo un concepto socialista al que llamarían ‘Otilio Motaño’. El terreno les fue concedido, sin embargo, el gobierno ya tenía planes éste, por lo que les fue retirado el permiso de población de manera inesperada. Esto, desató la molestia de los campesinos quienes de todas formas ocuparon los terrenos, siendo desalojados en dos ocasiones de manera violenta. 

En el sexenio de Adolfo López Mateos, se vivió con más crudeza la lucha anticomunista del gobierno. El secretario de gobernación era Gustavo Díaz Ordáz y se caracterizó por sus acciones violentas y sangrientas en contra de diversos grupos procomunistas. A raíz del conflicto por los terrenos de Michapa y el Guarín, Jaramillo rompió relaciones de manera drástica con el gobierno federal y aún más con el gobierno estatal que era dirigido por Norberto López Avelar, un coronel originario del norte del país quien también tenía como característica su odio hacia el comunismo. 

Desde Enero de 1962, Jaramillo se vio involucrado en acciones de resistencia y provocación contra el gobierno tanto estatal como federal, sin embargo, logró conseguir amnistía por parte de López Mateos. Pese a la amnistía federal, Jaramillo fue ‘levantado’ por supuesto militares junto a toda su esposa e hijos. Fueron llevados a las inmediaciones de la zona arqueológica de Xochicalco, donde fueron ejecutados de varios tiros por armas de uso oficial. 

El encargado de reconocer los cuerpos fue el periodista Cristobal Rojas en Tetecala, de ahí se llevaron los cuerpos al centro de Tlaquiltenango en donde fueron velados y sepultados en el panteón del barrio de Tlayehualco. El crimen, conmocionó en gran medida a la población cercana al pueblo de Tlaquiltenango, durante varios días, distintos periódicos como ‘El Diario de Morelos’ dieron seguimiento a la investigación del asesinato. El crimen fue adjudicado al gobierno, sin embargo, la versión nunca fue reconocida aunque tampoco fue desmentida. La investigación fue archivada y nunca se supo a ciencia cierta quién perpetró el asesinato de manera material e intelectual, pese a lo anterior, grupos pro gobierno reconocían la autoría gubernamental del crimen. 

Este hecho, cortó de tajo las acciones jaramillistas de manera activa. El movimiento entró en una etapa de clandestinidad que no permitió la desaparición del grupo, el cual, sobrevive aún hasta nuestros días.

Referencias

Hernández, Aura. El Jaramillismo en el Morelos de Norberto López Avelar. LBP. Primera Edición. México. 2014. 

Jaramillo, Rubén. Autobiografía. LBP. México. 2014. 

Nuñez, Salvador. Vida y Luchas de un Dirigente Campesino. Cultura Joven. Tercera Edición. México. 1998. 

Hernández Chávez, Alicia. Breve Historia de Morelos. FCE. México. 2002. 

De la Peña, Sergio. Historia de la Cuestión Agraria Mexicana. Veintiuno editores. Primera edición. México. 1989. 

Martínez Verdugo, Arnoldo. Historia del Comunismo en México. Grijalbo. Primera Edición. México. 1985.

3 comentarios:

  1. https://www.facebook.com/cronicasdeamacuzac/photos/a.190730414391634.45972.189904557807553/621442247987113/?type=3&theater

    Comparto con ustedes desde nuestro sitio en facebook Crónicas de Amacuzac una foto de campesinos anti-jaramillistas de Amacuzac y Michapa que manipulados por el gobierno se reunieron para desalojar a los campesinos de jaramillo que habían ocupado sus tierras. El pueblo contra el pueblo, un pleito orquestado por el gobierno de Morelos.

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